La Calificación Energética de Viviendas (CEV) es la herramienta desarrollada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el Ministerio de Energía, para identificar y evaluar, estandarizada y objetivamente, el desempeño energético global de las viviendas construidas en Chile.
Existen dos etapas:
El modelo de medición y evaluación del sistema CEV entrega indicadores que permiten identificar y comparar el desempeño térmico y la eficiencia energética de las viviendas:
El indicador clave de la Certificación de Eficiencia Energética de Viviendas se define como la proporción de reducción en el uso de energía necesaria para mantener condiciones adecuadas de calefacción, refrigeración, iluminación y provisión de agua caliente en el hogar. Este porcentaje se calcula comparando el consumo energético real de la vivienda en cuestión con el de una vivienda estándar de referencia, lo que refleja la eficacia en el diseño y construcción del hogar en términos de ahorro energético.
Además de la proporción de reducción en el uso de energía, la Certificación de Eficiencia Energética de Viviendas proporciona más indicadores pertinentes. Entre los más significativos se encuentran: el consumo total de energía (medido en kilovatios-hora), el consumo de energía por unidad de superficie (kilovatios-hora por metro cuadrado) y las necesidades específicas de energía para calefacción y refrigeración, evaluadas de manera independiente.
Basado en la magnitud de reducción en el consumo de energía, cada hogar recibe una calificación que va desde la categoría A+ hasta la G. Las viviendas con los porcentajes más altos de ahorro energético se clasifican en la categoría A+, mientras que aquellas con los porcentajes más bajos caen en la categoría G. A continuación, se especifican los rangos porcentuales que determinan el nivel de eficiencia energética de una vivienda, simbolizado por una letra. La clasificación de eficiencia energética de un hogar se establece comparando su necesidad de energía con la de una vivienda estándar. Una calificación más alta indica un mayor ahorro de energía y, por ende, una mayor eficiencia.